Sólo un año después de su primer disco completo, aquí tenemos
el segundo de VELOCIDAD ABSURDA, esto sí que es "recuperar el tiempo perdido" y
compensar la larga espera de épocas anteriores. Lo primero que le viene a uno a
la cabeza en un caso así es si no estaremos ante un exceso de precipitación, si
no será que han querido aprovechar el tirón y el buen momento del grupo y se han
lanzado demasiado pronto a la piscina. La respuesta es no, y la conclusión, por
tanto, que lo que ocurre es que verdaderamente están en racha, las cosas les
salen bien y sin duda deben aprovechar el momento.
El planteamiento del
disco parte de lo que ofrecieron en "Reborn for the extermination", pero lo
lleva un paso más allá en todos los aspectos. No sólo conserva su estilo, sus
señas de identidad y sus rasgos principales, sino que los supera y logra
encontrar una estupenda forma de continuar aquel trabajo. Las partes brutales
han aumentado su presencia, la voz es aún más gutural y cavernosa y los tempos
algo más rápidos, es decir, que su propuesta se vuelve más radical pero sin
pasarse de la línea y sin dejar de ser reconocibles como grupo. Su gran acierto
es que no han dejado de ser ellos mismos, sino que sólo han reforzado ciertos
elementos que ya existían.
Dentro del gusto por la brutalidad han
preferido no buscar una producción ultramoderna, digital y fría, ni tampoco
grabar un disco ininteligible a base de técnica y partes intrincadas. El sonido
vuelve a ser denso, orgánico y crujiente, como hace un año, y el ambiente
general conserva el gusto por lo macabro y lo oscuro, en la mejor tradición del
Death Metal con raíces. Con una admirable sencillez de medios consiguen sonar
aún más compactos que antes, ningún instrumento destaca -ni es a lo que aspiran-
pero entre los tres, mas la voz en su doble ataque, consiguen presentarse como
un bloque sin fisuras y levantar un monstruoso muro de sonido.
Los temas
también siguen los criterios compositivos ya conocidos: riffs de mediana
complejidad, ocasionalmente algo más técnicos pero en general concebidos para
ser asimilados sin tremendos esfuerzos, frecuentes armónicos chillones, partes
pesadas aunque con menor presencia que las rápidas, y muchos cambios de ritmo,
si bien hay que destacar que los realizan con menos brusquedad que en su
anterior entrega y que también en este apartado se nota una mejoría
considerable. Lo que no cambia, e incluso se acentúa, es la sensación de que a
los temas les falta una personalidad propia especialmente marcada, o que muchos
fragmentos podrían aparecer en cualquier otro sitio y no pasaría nada. En este
sentido me quedo con "Abiotic abyss" y "Dawn in the world burning with napalm",
dos temas que en buena medida condensan las virtudes del disco entero y también
sus limitaciones.
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